El matemático argentino Luis Caffarelli ganó el prestigioso premio Abel
La Academia de Ciencias y Letras de Noruega ha resuelto conceder el Premio Abel 2023 a Luis A. Caffarelli de la Universidad de Texas en Austin, EE.UU., por sus «contribuciones fundamentales a la teoría de la regularidad de las ecuaciones diferenciales parciales no lineales, incluidos los problemas de frontera libre y la ecuación de Monge-Ampère».Se trata del premio de las matemáticas más prestigioso del mundo, por lo que se lo emparenta con los premios Nobel.
Caffarelli se formó como matemático en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se doctoró en 1972. Desde 1973 fue becario en la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, y llegó al cargo de profesor en 1979. También colaboró con la Universidad de Nueva York y la de Texas, en la que hoy se desempeña como investigador y docente.
El Premio Abel se entrega desde 2002 y está financiado por el gobierno noruego. El científico nacido en Buenos Aires en 1948 lo recibirá en la ciudad de Oslo el próximo 23 de mayo, con la presentación del Rey Harald V de Noruega.
El trabajo que le dio a Caffarelli el Premio Abel
"Los teoremas de Caffarelli han cambiado radicalmente nuestra comprensión de las clases de ecuaciones diferenciales parciales no lineales con amplias aplicaciones. Sus resultados son técnicamente virtuosos y cubren muchas áreas diferentes de las matemáticas y sus aplicaciones", sostuvo Helge Holden, presidente de esa comisión de expertos.
Las ecuaciones diferenciales son un instrumento aplicado a disciplinas como la física, la economía y la biología, por lo que se estudian desde la época de Isaac Newton y Gottfried Leibniz. Se manifiestan como leyes de la naturaleza y sirven para describir fenómenos como el fluir del agua o el crecimiento de las poblaciones.
Durante más de 40 años, Caffarelli aportó trabajos que mejoraron la comprensión de la teoría de la regularidad. Según especificó el jurado, las técnicas desarrolladas por el argentino "han dado pruebas de un brillante conocimiento geométrico y aportado muchos resultados fundamentales".Esos aportes se traducen, en líneas generales, en herramientas que los científicos utilizan para predecir el comportamiento del mundo físico. Así, la aplicación del objeto de estudio del investigador se extiende a campos tan diversos como la medicina o el conocimiento del universo.
"En principio son matemáticas, pero es una matemática que se usa para colaborar en cuestiones más de física, ya sean fluidos, fuerzas. Estudiamos las propiedades internas, vemos cómo son las superficies, cómo avanzan, cómo son absorbidas por otras", explicó Caffarelli.
"Estoy muy contento. Fue una felicidad para mí. Es algo que me dice que he trabajado muy bien y también que estuve y estoy rodeado de un grupo de gente muy especial", agregó.
Con información de la Embajada de Noruega en Buenos Aires.