La era del turismo espacial, cien kilómetros para una vista fuera de este mundo
El espacio sideral siempre ha sido fuente de inspiración para los enamorados quienes, embelesados con el brillo de los astros, buscan conejos en la luna o augurios en sus misterios. El género de Ciencia Ficción nos ha contado escalofriantes historias sobre sus mundos lejanos y los Supersónicos de Hanna-Barbera le caricaturizaron.
Ha sido el objeto de estudio por centurias de filósofos y científicos, sin detallar que incontables sumas de dinero se han invertido para su estudio y exploración, sin embargo, parece que el vasto universo ya no está reservado sólo a científicos y soñadores sino también para aquellos que quieren gastar y gozar de las vistas que, desde la mesosfera y más allá ofrece el sistema solar, comenzando así la era del turismo espacial.
Desde el lanzamiento hasta salir de la órbita
El turismo espacial ya cuenta con una definición y es la actividad de ocio o recreativa que abarca desde presenciar el lanzamiento de un cohete u observar las estrellas con un telescopio, hasta viajar al espacio suborbital o exterior. Llegar o cruzar las fronteras de la Tierra es de las experiencias más solicitadas. Sean vuelos suborbitales que no superan los ochenta kilómetros u orbitales hasta cien kilómetros.
La idea es experimentar la sensación de ingravidez y la Fuerza G así como las impresionantes vistas del planeta azul.
En la actualidad existen seis empresas con licencias para llevar turistas al espacio, Virgin Galactic, Axiom Space, Boeing, SpaceX, Blue Origin y Space Perspective y las listas de espera para abordar estas naves espaciales son largas y con diversos precios. Un paquete básico cuesta hasta doscientos cincuenta mil dólares estadounidenses, pero al comienzo del turismo espacial hubo quienes llegaron a gastar sumas de varias decenas de millones de dólares.
Estadías más placenteras en los hoteles espaciales
A pesar de que los viajes son bastante cortos, dos horas de duración aproximadamente, la propuesta de un hotel fuera de órbita ha estado en prototipo desde el año dos mil. Al comienzo del turismo espacial, los pasajeros llegaron a la Estación Espacial Internacional, pero gracias al interés y la demanda, la oferta de la hostelería extraterrestre ya está en marcha con la Voyager Station y su promesa de comenzar a operar el año 2027.
Este hotel espacial tendrá suites con baños completos, así como una gravedad artificial para que los turistas puedan transitar como en la Tierra. No faltará el gimnasio, los bares ni los restaurantes de comida de autor. Sus lujosas instalaciones tienen capacidad para más de doscientas personas y las reservaciones están abiertas para quienes tengan más de tres millones de dólares disponibles para este paseo. En la página de internet de Orbital Assembly hay detalles sobre el hotel y también se vende mercancía promocional, irónicamente puede comprar una taza para café a doce dólares con cincuenta.