Marianne Irgens Hagen y Carlos Caballero realizan una labor encomiable por Uruguay a través de la organización Hjelpemiddelfondet
Marianne es una escritora noruega y Carlos es un 'caballero' del Uruguay. Ambos tomaron la iniciativa de crear en 2002 una Organización civil sin fines de lucro, de base idealista y apolítica con el objetivo de seleccionar, mediar y poner a punto medios de ayuda para discapacitados y enviarlos, principalmente al Uruguay y otros países latinoamericanos como la República Dominicana y Haití.
Al mes de julio de 2016, Hjelpemiddelfondet había enviado 86 containers con sillas de ruedas, andadores, bipedestadores, muletas, ampliadores de textos e imágenes, impresoras Brailler, computadoras, impresoras, servidores, ambulancias, camas articulables eléctricas e hidráulicas, colchones y almohadones especiales para quemados, mesas y lámparas de operación, mesas de anestesia, instrumentos de cirugía, camillas, equipos de ultrasonido, sábanas, uniformes, equipos dde laboratorio, carros térmicos, material de cocina de hospital y mucho más.
En entrevista realizada por el espacio audiovisual De fogón en Fogón a Carlos Caballero, que es el Secretario de la Organización Hjelpemiddelfondet (Marianne es su Presidenta), en diciembre de 2014, informa éste que a esa fecha, en que se habían enviado 75 contenedores, el valor monetario de ese material ascendía a los 15 millones de dólares. Los datos actuales del monto en dólares no hemos podido corroborarlos, pero tenemos sobradas certezas de que debe ser mucho más abultado, toda vez que Hjelpemiddelfondet no se detiene ni un día en la búsqueda de material que sirva de alivio y proporcione felicidad a buena parte de los 85 millones de discapacitados que viven en América Latina.
En la página digital de la Organización, Carlos Caballero aclara que todo esto es posible gracias a los convenios con organizaciones y/o instituciones locales como Hjelpemiddelsentralen en Oslo y la Central de Medios de Ayuda de Oslo y Akerhus, en que también participan el Departamento de Salud y el Ministerio de Defensa, así como la relación que se ha establecido con otras organizaciones civiles, con instituciones estatales y empresas privadas.
Carlos explica que debido a la constante movilidad de instrumentos en el Sistema de Distribución noruego, una cama eléctrica, un andador, una silla de ruedas, etc. se dan de baja después de algunos meses y es entonces cuando ellos deben estar atentos para actuar antes de que se destruyan. Porque aunque existe un convenio con el Ministerio Social de Noruega, es imprescindible que haya voluntarios dispuestos a trabajar en cualesquiera circunstancias para recoger ese material, para montar los containers y concretar el envío.
La relación es fluída entre los donantes y las autoridades del gobierno central en Uruguay, así como con las autoridades sanitarias, los gobiernos regionales, municipalidades, empresas privadas y particulares conscientes. El propio Carlos, así como otros integrantes de Hjelpemiddelfondet han visitado a los discapacitados favorecidos con el programa y han corroborado en terreno el buen funcionamiento de toda la cadena.
Si ustedes piensan que un niño discapacitado de corta edad, que se lo ha pasado los primeros años de su inocencia subido de rodillas en un banco, al que ha accedido con muchas dificultades para mirar por la ventana cómo juegan otros chicos de su edad, recibe de pronto una bicicleta apta para su condición y puede salir a la calle, reirse y ser felíz, comprenderán las dificultades que tiene su madre, que hasta entonces ha sufrido lo indecible, para bajar al pequeño de ese artefacto, que gracias al amor lejano que anida en los corazones de seres humanos como Marianne y Carlos, le han traído el enorme alivio y la dicha de ver felíz a su hijo.
Los cientos de camas, los cientos de sillas de ruedas, las miles de computadoras, las camillas, las ambulancias, los innumerables instrumentos de cirugía, los equipos de laboratorio,las sábanas, etc., que son la expresión concreta de ese amor por el prójimo, de esa facultad humana indispensable que todos debiéramos asumir, tiene desgraciadamente su contrapartida en quienes sólo critican, en aquellos seres despreciasbles que sólo piensan en sus propios problemas y en su particular beneficio.
Confío en que en Noruega habrá personas de otras nacionalidades que sigan el ejemplo de nuestros hermanos uruguayos, porque de hecho hay otros campos de la actividad humana, como el deporte en sus distintas disciplinas, la enseñanza básica, media y universitaria, la agricultura y tantos otros que requieren en nuestra América morena del aporte solidario de instituciones públicas o privadas, que probablemente esten tirando a la basura o destruyendo materiales cuya donación a nuestros países sería de gran ayuda. Es por eso que masificar el ejemplo uruguayo nos parece una obligación, aparte de una necesidad imperiosa. En este sentido nuestra emisora se compromete (y yo personalmente) a invitar a Marianne y Carlos a nuestros estudios para oir desde su propias voces que no todo está perdido, que hay voluntades nobles y que es posible que, con el ejemplo que nos brindan a manos llenas, que seamos muchos más los que recuperemos esa condición humana indispensable para la supervivencia de la especie que es la solidaridad y el amor por el prójimo. Marianne y Carlos, un abrazo afectuoso, que conlleva mucha admiración por su entrega.