“Aprende a vivir”
Es siempre el exilio una desventaja. El alejamiento permite que uno pose sobre su país, su pasado y su historia, una mirada un poco extranjera. Cuando uno habla de su tierra, titubea, va a tientas. Uno se siente frágil ante una situación que en todo momento puede escapársele. Tal vez se sienta más ternura. Otras veces se opta por el silencio, por la libre interpretación.