En Noruega, los policías hablan mucho y disparan poco
En la escuela de policía de Oslo, en un venerable edificio de ladrillos rojos, los futuros agentes se entrenan a reaccionar ante un tiroteo con pistolas falsas y con la escena proyectadas en una pantalla interactiva.
Avanzan ante testigos aterrorizados o heridos y de repente lo ven. Al fondo del espacio abierto, un individuo se alista a ejecutar a un hombre. ¿Disparar o no? Todo eso ocurre en microsegundos.
Al contrario de Estados Unidos donde el número de personas muertas por la policía alcanzó un nuevo récord en 2022 (al menos 1.194 según Mapping Police Violence, o sea más de tres diarios), los policías noruegos pocas veces resultan implicados en episodios mortales.
"Aquí no hay disparos indiscriminados", señala el instructor Espen Olsvik.
"Se requiere que el disparo sea justificado. Y no se vacía el cargador con la esperanza" de lograr un resultado al final, añade.
Cada paso de un aspirante frente al simulador es seguido por una sesión de análisis. ¿Había que disparar contra el individuo? ¿Cuándo? ¿Cómo neutralizarlo cuando lleva chaleco antibalas?
Estados Unidos y Noruega son dos países ricos pero diferentes. Estados Unidos, 334 millones de habitantes, registra grandes desigualdades sociales y fuertes tensiones raciales. Noruega tiene tan solo 5,4 millones de habitantes y es una sociedad muy igualitaria.
Pero la mayor diferencia está en la formación de las fuerzas policiales ya que en algunos estados estadounidenses la formación es de apenas unas semanas mientras que en Noruega el policía sale a la calle recién después tres años de estudios.
En el reino escandinavo, cada policía es titular de una licencia lograda luego de tres años de estudios donde se familiarizará, entre otros asuntos, con asuntos de psicología, derecho y ética.
- "No queremos sheriffs aquí"-
En Noruega, entrar a la escuela de policía no es cosa fácil: cada año entre 3.000 y 3.500 jóvenes postulan para una de las 500 plazas disponibles.
"Hay criterios como el sentido de la colaboración, la apertura de espíritu, la capacidad de análisis", subraya el responsable de los estudios, Philip Christopher Tolloczko.
"No queremos sheriffs aquí", dice. Al contrario, "a nivel operacional, nos entrenamos mucho para bajar la tensión en situaciones tensas".
Articulo publicado por la cadena de radio pública de Francia, RFI.
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