Médico, comunicador y exiliado por la libertad de prensa en Nicaragua

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José Delgado, ginecólogo de formación, no solo se dedicó a la medicina, sino que vio en los medios de comunicación una poderosa herramienta para abordar los desafíos de salud pública en Nicaragua. Lo que comenzó como una forma de apoyar a su gremio, pronto lo llevó a una participación activa en la televisión y la radio. Sin embargo, a medida que su voz se volvía más visible, también se encontraba con una creciente represión en un país donde hablar públicamente se ha convertido en un riesgo constante.

Nacido en una Nicaragua bajo la dictadura de Somoza y marcado por las cicatrices de la guerra civil durante el primer gobierno sandinista, Delgado decidió estudiar medicina. Sin imaginarlo, sus intervenciones en los medios fueron convirtiéndolo en un blanco del gobierno de Daniel Ortega, en un ambiente cada vez más hostil hacia la libertad de expresión.

El panorama sombrío de la libertad de prensa en Nicaragua

La situación de la libertad de prensa en Nicaragua ha empeorado notablemente en los últimos años. En 2018, las protestas sociales que estallaron en abril de ese año, tras una reforma al sistema de pensiones, fueron duramente reprimidas. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al menos 355 personas murieron en el contexto de estas manifestaciones. Además, para esa fecha, Human Rights Watch ya alertaba sobre la represión gubernamental de medios de comunicación y activistas. El diario La Prensa, con 99 años de historia, fue confiscado, y sus periodistas se vieron forzados al exilio. Otros medios de radio, televisión y prensa también se han visto afectados. Fue en este ambiente que Delgado comenzó a autocensurarse para poder continuar con su labor médica y comunicacional sin represalias.

Sin embargo, en 2024, tras regresar de un viaje a Estados Unidos para visitar a su hijo, fue retenido por la policía en el aeropuerto. "Ahí me dijeron: ‘usted habla mal del gobierno y lo tenemos vigilado’", cuenta Delgado. Ese momento fue decisivo. "Entendí que me tenía que ir del país, porque ya habían detenido y desaparecido a varios periodistas, médicos y sacerdotes", añade. Ese mismo año, según HRW, el gobierno de Nicaragua exilió a 135 personas disidentes y les retiró arbitrariamente la nacionalidad.

La consolidación del control gubernamental

Organizaciones internacionales como Amnestía Internacional han alertado sobre el creciente control del gobierno nicaragüense sobre las instituciones del país. Desde 2007, bajo el liderazgo de Daniel Ortega junto con su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta, quien ejerce control sobre la comunicación gubernamental y las fuerzas de seguridad, se ha consolidado un modelo de poder concentrado. La ONU, la OEA y otras entidades han documentado patrones sistemáticos de represión, incluyendo censura, persecución a líderes religiosos, detención de periodistas, y restricciones a organizaciones de la sociedad civil.

Actualmente, Delgado vive en Noruega en el exilio y desde allí continúa compartiendo contenido en sus redes sociales. "Lo que más deseo es poder seguir hablando en libertad", afirma.

🎙En este episodio final de El Viaje del Colibrí, escuchamos la historia de José Delgado.

Programa creado y dirigido por Mónica Orjuela.